Se conoció la convocatoria para el cuarto micro-ciclo rumbo a Rio 2016, y apenas convocaron tres de las cinco vetadas (Sandra Sepúlveda, Leidy Andrade y Corina Clavijo, de quienes obviamente nos alegramos de que vuelvan al seleccionado colombiano), pero lo que más indigna, es que Daniela Montoya y Carolina Arias, vetadas propiamente por la Federación Colombiana de Fútbol y por el entrenador (que nos dicen que es el que elige el 100% de la nómina), no aparecen nuevamente en la lista.
Otra vez improvisará con un equipo donde de 20 jugadoras donde la mayoría no estaban desde el ciclo del bogotano Ricardo Rozo, incluidas las que muestran más su vida social por las redes para tener bastantes ‘likes’ y que la gente hable de ellas, que tener los pies en la tierra, ser calladas y concentrarse en sus objetivos. Y eso que se vienen cuatro partidos contra Venezuela (mayores y Sub-20), que hoy por hoy, pasa por su mejor hora y que se supone está de mejor nivel que nuestras selecciones.
Que es lo que tiene la federación y el entrenador en contra de las vetadas? Rencor porque les dicen la verdad sobre la corrupción y la no equidad en el fútbol femenino colombiano y más en tema selección que es lo que le compete? Las castigan porque querían seguir más las órdenes del profesor Nelson Abadía (que sí es un PROFESIONAL a carta cabal) que de él? No le hicieron el famoso ‘favor’ de jugar en su club? No sabemos qué le pasa por la cabeza, cabeza que muy poco sabe de sostener una selección. Esta ‘eminencia’ de la dirección técnica, se nota a leguas que cree que juega con la ilusión y los sentimientos de la afición y de las jugadoras, no solo las vetadas, sino que el resto de jugadoras que deberían estar en la selección y que quieren estar anhelando uno de los cupos para vestir la camiseta colombiana, y más bien ve que se preocupa por el interés propio (su club) que el interés común.
Consultando fuentes muy cercanas me encuentro con una sorpresita, resulta que el ‘padrino’ de él y de quien se ha hablado tanto, es nada más ni nada menos que el laureado entrenador colombo-uruguayo, Julio Avelino Comesaña. Comesaña, quien es íntimo amigo del ‘brillante’ técnico de la selección femenina, cuando estaba de Manager de las diferentes selecciones nacionales, lo colocó ‘a dedo’ como entrenador de la Sub-17 en 2012 en una terna que completaron Liliana Zapata (quizás la de mayor éxito en el fútbol femenino del país, y GANADORA de varios títulos nacionales) y Didier Luna (entrenador que GANÓ varias veces títulos nacionales femeninos con la selección de Bogotá), y cuando ésta selección clasificó al mundial de la categoría, lo nombró como el nuevo entrenador de la selección mayor por la misma vía, sin ganar un solo título con la selección vallecaucana.
Y la jugadora a la que todas deberían apoyar y respaldar por lo que dijo (Montoya), ninguna lo hace porque ya sabe lo que le corre pierna arriba, con la ‘dictadura’ por decirlo así, del palmirano: ‘o las respaldás, o te echo, y si querés volver a jugar en la selección, jugá en mi club y me traés un detalle, y te juro por mis hijos que te llevo’. Si quiere fracasar en los Olímpicos contra rivales de mucho peso (Francia, Nueva Zelanda y Estados Unidos -10 goles en 2 partidos-), hágalo ‘señor’, que al paso que va y al parecer, así será.
Me dice una fuente, que en las concentraciones, la selección está muy dividida; es decir, un combo por acá, otro combo por allá y cuando se juntan, no se hablan. Está polarizada y dividida esta familia, por los intereses personales de un ‘dictadorcillo palmirano’ y de una Federación con la corrupción untada por el caso ‘FIFA-Gate’.
Tres de cinco, no basta… o es que el técnico se hace el de los oídos sordos y se hace el inocente para no convocar al resto? La respuesta es obvia, y para concluir sobre este artículo, como decía Edgar Perea (+): ‘al pan pan y al vino vino, y al que le duela esto, que se eche su cremita de árnica’.
Es increíble y doloroso que las cosas de el deporte se manejen con tanta mezquindad y se abuse del poder de esa fortma tan típica del presidentucho Maduro. Ahí se ve la poca calidad humana y la falta de grandeza de ese dirigentico que no esta a la altura del cargo ni de las circunstancias. Dios nos libre pronto de él.