Isabella Riaño trata de alcanzar su objetivo más deseado, la Selección Colombia.
La tolimense quien comenzó en el Club Atlético San Lorenzo de Armero Guayabal, a su corta edad, ha logrado muchas cosas en su camino a ser futbolista profesional.
A los cuatro años empezó a seguir los pasos de su hermano quien practicaba motocross, aun así nunca dejó de lado el fútbol. “Comenzó en carreras de velocidad en arena, luego pasó a pista, corrió nacionales, departamentales, alcanzó a ir a México. En tierras internacionales se subió tres veces al podio”, afirmó Julio Cesar Riaño, padre de Isabela. Después de volver victoriosa, su camino cambiaría por un accidente.
“Tuve una caída, me pegué en la cabeza y se me fue la visión. Después yo le dije a mi papá ¿me puedo meter a jugar fútbol? Él respondió -sí claro, sí señora. Todo lo que usted me diga yo lo hago con corazón”, dijo Isabela con respecto a su pasión.
Desde pequeña jugaba fútbol con su familia y en el club, así que decidió dedicarse de lleno al balón pie, inspirándose siempre en sus ídolos, Catalina Usme, Wilmar Barrios y Leo Messi, y en su equipo del alma, el América de Cali.
Su padre buscó incansablemente un club que sólo fuera femenino y no mixto, así dio con Talento Tolimense. Isabela se ganaría s posición y la confianza de su equipo como volante cinco. De ahí, en 2019, pasaría a ganar por segunda vez la Pony Fútbol en Bogotá, en Palmira ganaría el Campeonato Nacional de Clubes Femenino en la categoría pre-infantil y jugó en Ibagué, en el Campeonato Departamental de la liga.
Sus sueños son, como ella lo asegura, “ir al exterior, pisar una cancha siendo futbolista profesional, jugar con el América de Cali y el Atlético de Madrid”.
Por ahora Isabela no se detiene. Anhela volver a las canchas, ver a sus compañeras y profesores, pero es consciente de la situación, así que sigue entrenando en su casa, con disciplina, siguiendo las instrucciones de su entrenador. Antes de la emergencia sanitaria la realizó la convocatoria para la Selección Tolima y para alegría de todos los resultados fueron los esperados.
Su padre desea “que siga su vida siendo disciplinada, en su deporte, en lo que le gusta ahora que es el fútbol. Que cumpla sus sueños, el cual es llegar poco a poco a su Selección Colombia. Ese es el sueño de ella, dejar en alto el nombre del departamento y el de Colombia”.