Amanda Da Silva, es la única jugadora brasilera en el fútbol femenino semiprofesional de Argentina. La futura doctora hizo un recorrido de sus inicios en el deporte, su llegada a la Universidad de Buenos Aires y el sueño de jugar en el Brasileirao. Además, la mediocampista realizó su balance en los tres años que lleva en el país y analizó su presente en la Primera División. En esta nota de Fémina Fútbol te invitamos a conocerla.
La apertura de la semiprofesionalización trajo al fútbol femenino de Argentina la llegada de jugadoras extranjeras que ven al torneo como una nueva oportunidad deportiva. Uruguay, Chile, Paraguay, Colombia son los países sudamericanos con más representantes en en el país. Ahora si hablamos de Brasil, todo remite a un nombre: Amanda Da Silva. La mediocampista es la única futbolista de la tierra Verdeamerelha que integra un plantel en los 19 clubes de la Primera División.
Amanda lleva tres años viviendo en Argentina y dos como jugadora del Club Defensores de Belgrano. Su acercamiento al fútbol en el país se dio gracias a la UBA, que le permitió pasar a defender los colores del equipo de Capital Federal: “Llegué en 2016, vine a estudiar medicina en la UBA. En el año siguiente descubrí que en la universidad estaba el equipo de fútbol femenino, me fui a probar y quedé. Mi primer torneo fue el de 2018-19, fue el último antes de la profesionalización”.
La Universidad de Buenos Aires ante el comienzo de la semiprofesionalización tuvo que modificar su estructura para poder formar parte de la Primera División como lo venía haciendo desde 2011. Encontró en el Club Defensores de Belgrano a su socio a mediados de 2019 para poder seguir participando en los torneos de AFA. “Ya conocía a Defensores porque con UBA, jugábamos de local en el estadio Juan Pasquale. Con la profesionalización y el convenio entre UBA -DEFE, pasé a ser parte del club y defender los colores más lindos”.
Sus Inicios
Brasil desde hace décadas mantiene el mejor nivel en lo que respecta al fútbol femenino. A nivel social está desarrollado y aceptado lo que le permitió a Amanda Da Silva comenzar desde pequeña con la disciplina. “A los 10, 11 años empecé jugando futsal, jugué 1 año, más o menos y lo dejé porque no me gustaba. A los 13 arranqué con fútbol 11, en las categorías de base, sub 15. En ese momento era lateral derecha, una posición en que no hay tantas jugadoras. Cuando tenía 14 años me subieron al sub 17, y luego al equipo adulto”.
Si bien no llegó a competir de manera oficial en torneos de la Federación Paulista de Fútbol, lo pudo hacer en las competencias organizadas por la Secretaría de Deportes del Estado de San Pablo con el equipo de mayores. “Cuando fui promovida al equipo de primera, ahí arrancó las competencias oficiales. Tuve la oportunidad de estar en juegos regionales y dos juegos abiertos. La provincia de San Pablo esta dividida en 8 regiones y el campeón de cada una y el 2º puesto logra la clasificación para los juegos abiertos. Mi primer competencia fue en 2012, con 15 años”.
UBA y Defensores de Belgrano: El sentido pertenencia
En 2018 se dio su debut oficial en la Primera División de AFA con la Universidad de Buenos Aires. “El balance es positivo. Me fui adaptando, primero al estilo argentino de jugar al fútbol, después a diferentes posiciones, de acuerdo a la necesidad del equipo. Tuve buenos partidos, otros no tanto pero, que en líneas generales fueron positivos. Sentí la felicidad de hacer algunos goles tanto defendiendo a la UBA como a Defensores de Belgrano”. Comentó Amanda respecto al proceso deportivo que lleva tres temporadas.
Ser brasilera y jugar al fútbol son sinónimos, esto generó que su desempeño seo observado desde otra perspectiva. Su primeros entrenamientos y partidos con la Universidad la obligaron a dar su mejor rendimiento. Así lo definió la mediocampista. “Cuando uno dice que es de Brasil, ya se espera algo distinto. En el club me dan total apoyo y respaldo para poder hacer lo que sé adentro de la cancha. Creo que, hoy, uno me ve más por tener la 10 en la espalda que por mi país. Pero obviamente, mi nacionalidad tiene su influencia”.
Una jugadora con sus características le permitió el acercamiento con otros clubes de la Primera División que a nivel deportivo significaban un progreso. Sin embargo, la futbolista priorizó su carrera universitaria y valoró el sentido de pertenencia generado con su club que ayudaron a no moverse de su lugar de confort: “Tuve la posibilidad de jugar en otro equipo pero en ese momento era imposible conciliar mis horarios de la facultad con los entrenamientos y preferí dedicarme a mis estudios. Además, estaba el sentimiento de poder seguir defendiendo a mi universidad, así que preferí seguir en Defensores de Belgrano”.
Su futuro fuera del fútbol está en la medicina y Amanda se siente agradecida de las posibilidades que le ha dado la Universidad de Buenos Aires desde lo académico, deportivo y la integración social: “Defensores es uno de los pocos equipos que entrenan a la noche, lo que me permite avanzar con mi carrera y seguir jugando al fútbol. Me permitió además, seguir llevando el nombre de la UBA en la camiseta”.
Ser Profesional más allá de firmar un contrato
La mediocampista hizo sus observaciones sobre esta nueva etapa que se vive en el fútbol femenino de Argentino con la llegada de contratos profesionales y los cambios estructurales de los clubes para adaptarse a las exigencias. Es por eso que Amanda Da Silva hizo referencia a la desigualdad que existe en la Primera División: “La semiprofesionalizacion es un primer paso para lo que es el crecimiento y avance del fútbol, pero que solamente con eso no alcanza. No creo que sea justo que en un plantel de 30 jugadoras, 10 o 12 tengan contracto y las otras no, pero es algo que se va acomodando con el tiempo”.
Además destacó que Defensores de Belgrano sea uno de los tres clubes que desde la Temporada 2019/2020 les brinda el estadio principal para los encuentros oficiales. Los restantes son Club El Porvenir y Excursionistas: “Defensores, por ejemplo, nos pone a disposición el estadio cuando somos locales, no todos los equipos lo hacen, y estamos hablando de equipos de primera profesionales”.
Más allá de estas problemáticas a resolver, Amanda remarcó que ser “Profesional” no solo es firmar un contrato y cobrar todos los meses sino que tiene otro aspectos a profundizar en la vida deportiva: “No solo por la cuestión de cobrar o no un sueldo, sino que también está la parte personal de las jugadoras en tener la mentalidad profesional, en cuidarse, estudiar, leer sobre fútbol. Además en los clubes en ofrecer un espacio adecuado para entrenamiento, gestionar la indumentaria, cubrir los costos de viajes, permitir partidos en los estadios, etc”.
Su futuro como doctora y el sueño de jugar en Brasil
La jugadora paulista tiene tres objetivos en su vida. Dos vinculados con el aspecto futbolístico y uno a su carrera profesional como médica. Amanda dejó en claro que la actividad deportiva y la universidad pueden ir complementadas y que las dos áreas pueden convivir en circunstancia iguales. “En lo futbolístico siempre el objetivo es dar 110% adentro de la cancha, nunca puede faltar dedicación, entrega, ganas, dejar al club en lo más alto posible y aprender más sobre el deporte. Siempre buscar la evolución. En lo personal, poder seguir avanzando con la carrera de medicina”.
Por último, dejó abierta la posibilidad de en un futuro cumplir el sueño de jugar en su país de manera profesional. “Está en mis planes volver a Brasil en algún momento, pero no tan pronto. Hoy, mi destino futbolístico está Defensores de Belgrano. Es dedicarme para llevar el Dragón a lo más alto, pero claro que siempre está la ilusión de poder, algún día, volver a jugar en mí país. Lo único es que tendré que acostumbrarme otra vez”.