Varias futbolistas revelaron acosos, vetos y hasta amenazas por pedir garantías a los directivos del fútbol para el ejercicio de su profesión en Colombia.
Los últimos 15 días para el fútbol femenino de Colombia han sido turbulentos, debido a los últimos casos de acoso sexual en la selección Sub-17, más los acosos laborales dentro de la selección mayor y hasta la cancelación de la Liga Femenina, que unos atribuyen a retaliaciones de las directivas del fútbol en contra de las jugadoras y otros, como Dimayor, aseguran que generaron pérdidas económicas para los clubes.
Tras estos acontecimientos, este jueves en el Hotel Marriot de Bogotá, varias futbolistas colombianas con recorrido en selecciones nacionales comparecieron en una rueda de prensa organizada por Acolfutpro y que fue liderada por Natalia Gaitán, jugadora del Valencia de España y Carlos González Puche, director de la Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales.
Otras futbolistas como Oriánica Velásquez, Nicole Regnier y Leicy Santos estuvieron presentes, además de Melissa Ortiz e Isabella Echeverri quienes llegaron de Estados Unidos e impulsaron las denuncias sobre desigualdad laboral entre las selecciones masculinas y femeninas de Colombia a través de una serie de videos difundidos en sus redes sociales.
Natalia Gaitán inició la rueda de prensa exponiendo una carta redactada en 2012 a Luis Bedoya, presidente de la FCF de ese entonces y condenado por el caso FIFA Gate, en la que pedían mejor preparación deportiva rumbo a los Juegos Olímpicos de Londres 2012 en donde la selección femenina quedó eliminada en fase de grupos. La misiva fue recibida por la misma FCF pero sus peticiones fueron omitidas.
Más adelante, Isabella y Melissa ratificaron sus denuncias previas a los medios de comunicación presentes. Por un lado, Melissa Ortiz compartió su historia sobre la lesión que la marginó del mundial de Canadá 2015 y presentó pruebas sobre los tratamientos médicos que fueron cubiertos por ella misma y no por la Federación durante su etapa de recuperación. Aparte sostuvo sus denuncias por los paupérrimos viáticos que recibieron durante las concentraciones de la selección para los Juegos de Río 2016.
Por otro lado, Isabella Echeverri denunció una práctica irregular dentro de las selecciones femeninas que fue ejecutada por Felipe Taborda, denominada “convocatoria paralela”, que consistía en que la jugadora no convocada oficialmente a los microciclos, debía asumir los costos de transporte y alojamiento y pagarle al técnico de ese entonces para ser tenida en cuenta.
Documento resumen de los planteamientos y denuncias de las futbolistas colombianas expuestas hoy en Bogotá #MenosMiedoMásFútbol pic.twitter.com/G3ieUExWwg
— Sarah Castro Lizarazo (@saritacas) 7 de marzo de 2019
El punto álgido de la rueda de prensa fue cuando Isabella Echeverri presentó unas pruebas de audio que comprometen al señor Álvaro González, vicepresidente de la FCF, para no convocar a Daniela Montoya a las pasadas justas olímpicas, luego de que la jugadora reclamara los premios prometidos tras la actuación de Colombia en el Mundial Femenino de Canadá 2015.
Las declaraciones de González se produjeron en abril de 2016, justo cuando Colombia disputó dos juegos amistosos contra Estados Unidos en Chester y Boston, previo a los Olímpicos de Río. El dirigente “amenazó” con despedir de la selección al técnico de ese entonces Felipe Taborda, si éste llegara a convocar a Daniela Montoya. Por ese motivo se produjo el veto hacia la jugadora paisa.
En un tono quebrado, Daniela Montoya contó lo sucedido sobre su veto en la selección femenina, manifestó que fue engañada por los directivos de la FCF de que sería convocada para los Juegos Olímpicos de Río 2016, le prometieron que sería tenida en cuenta por el técnico y que al final su nombre no apareció en la lista final.
Tras esa declaración, Isabella Echeverri le pidió en nombre de todas las jugadoras que fueron a Rio 2016 disculpas a Daniela Montoya por no haberla apoyado durante su lucha por los premios económicos del mundial y que por el silencio que rodeaba a la selección, no manifestaron públicamente su apoyo en temor a represalias por parte de las directivas de la FCF.
Carlos González Puche retomó los últimos hechos en contra del fútbol femenino. Primero, criticó la actuación de Coldeportes y la Vicepresidencia de Colombia por ser tibios frente a la cancelación de la Liga Femenina que fue decidida ayer por la Federación Colombiana de Fútbol, a raíz de las denuncias de acoso sexual y laboral que se desprendieron en los últimos días.
Segundo, argumentó que la terminación de Liga fue un favor que le pidió Jorge Enrique Vélez, presidente de la Dimayor a su colega Álvaro González, quien fuera él durante la reunión de ayer en la FCF, de cambiar la Liga Femenina por un torneo aficionado semiprofesional Sub-23, que las mismas jugadoras profesionales rechazan.
Por último, el director de Acolfutpro aseguró que estas pruebas recolectadas por las futbolistas serán enviadas a la FCF, a la Defensoría del Pueblo y a Coldeportes para tomar cartas en el asunto. También le pidió a las autoridades avanzar en las denuncias en contra del dueño del Deportes Tolima, Gabriel Camargo, para condenarlo por sus declaraciones homofóbicas y misóginas producidas a finales del año anterior.
Otras futbolistas tomaron la palabra. Oriánica Velásquez criticó a la Federación Colombiana de Fútbol por los manejos comerciales en la Selección Femenina, Nicole Regnier y Vanessa Córdoba, quienes jugaron el semestre anterior en Europa y regresaron a Colombia para disputar la Liga Femenina, cuestionaron la falta de seriedad de la Dimayor para organizar el torneo profesional y dejarlas en el limbo con sus carreras deportivas.
Sara Pulecio por su parte pidió como muchas de sus compañeras a que no acaben con la Liga Femenina. Las jugadoras reunidas allí enviarán una propuesta, a modo de último recurso, ante la Dimayor en la Asamblea Ordinaria del próximo martes, para salvar la competencia con garantías laborales para ellas y para las demás futbolistas.
González Puche afirmó que clubes como Nacional y Huila quieren una liga profesional y que cuentan con un amplio respaldo económico. Al introducirse la nueva competencia formulada por Difútbol, acabarían de forma unilateral con los contratos vigentes de algunas futbolistas profesionales.
Como aseguraron muchas futbolistas, el objetivo no es destruir al fútbol colombiano ni a su dirigencia, sino de construir un proyecto rentable y a largo plazo como el caso de la Liga Femenina, así sea con 8 o 10 equipos.
En las últimas horas, la vicepresidenta de Colombia, Marta Lucía Ramírez, afirmó que hará todo lo posible dentro de su cargo para atraer a la empresa privada en patrocinar la Liga Femenina Profesional y aplaudió la valentía de las futbolistas para contar todas las injusticias que las han rodeado por años.