La delantera de la Selección Colombia sub-20 habla sobre cómo sólo con 14 años hizo su debut con la tricolor.
En el barrio La Nevada, en Valledupar, Maireth Pérez de ocho años empleaba sus tiempos libres para jugar con sus vecinos. Para su familia no era raro que ella amara el fútbol, como ella afirma “llevamos el fútbol en la sangre, tengo tres hermanos por parte de papá y los tres fueron futbolistas”.
Su camino continuó gracias al apoyo de su familia y entrenadores, “mi papa cuando salía del trabajo pasaba por una cancha y vio al club. Entonces habló con el profesor, él pensaba que sería un problema ser niña y en una escuela de niños. Pero el profesor dijo que no había problema entonces comencé a entrenar en el club”. Así se distinguió como la única niña de toda la ciudad que se estaba formando como futbolista profesional.
A vísperas de la Pony Fútbol del 2014, los equipos tratando de formar su plantilla buscaban por todo el país nuevos talentos. “Luz Zapata y Liliana Zapata, las dueñas de Formas íntimas, viajaron por todo el país buscando jugadoras para la Pony Fútbol y yo estaba en un torneo en la ciudad de Sincelejo. Gracias a dios me las encontré, me vieron y me dijeron Para ir a jugar a ese torneo”.
Ese año quedó campeona, elegida para la Selección Antioquia y Medellín sería su nuevo hogar. “Bueno, decidí quedarme porque tenía más apoyo y podía lograr todos mis sueños en el fútbol”. Los siguientes seis años se dedicaría a jugar en el Club Deportivo Formas íntimas, debutó como profesional con Envigado F.C y por medio de la unión de Formas íntimas con D.I.M ahora juega con el ‘Poderoso de la Montaña’.
Aunque su mayor alegría estaba por venir, “el profe Carlos Quintero vino a Medellín y comenzó a hacer las convocatorias. Quedé en la selección siendo la menor porque era sub-17 y yo tenía 14 años”.
Cuando recibió la noticia fue lo mejor que ha escuchado en sus 19 años “me puse a llorar fue algo muy lindo. Además, porque era muy pequeña y no pensé que iba a llegar tan rápido a la Selección Colombia”.
Debutó frente a la Selección de Bolivia, su orgullo fue portar la tricolor. Sin embargo, el momento más especial con la Selección Colombia sería en el 2017, “cuando quedamos de campeonas en los Juegos Bolivarianos de Santa Marta. Ver el estadio lleno, todos cantando el himno a todo pulmón”.
Los obstáculos por los cuáles Pérez sigue luchando y abriéndose camino en el balón pie colombiano se resumen en “el apoyo, sin él el fútbol femenino colombiano no va a surgir y tendremos que llevar el talento a otros países. La verdad si ponen problema con los hombres que tienen más apoyo, ahora qué nos queda a nosotras que nos limitan. Ojalá después que pase todo esto haya liga y así poder seguir jugando”.
Actualmente Maireth tiene sus estudios en pausa, “voy en el primer semestre de la Universidad Jaime Isaza Cadavid, pero este año aplacé semestre por los torneos de Colombia”. A esto se le suma la emergencia sanitaria que cambian el campo de juego por la comodidad de sus casas, “de la Selección Colombia y del equipo profesional nos mandan los entrenamientos y bueno todo depende de uno. Si quieres mantenerte y ser grande debes tener una disciplina muy alta”.
Maireth envía un mensaje a las niñas que como ella sueñan a llegar a los equipos más grandes y ser unas de las mejores jugadoras:
“Jueguen al fútbol, que lo hagan con amor y disciplina y que aparte estudien. Con amor al deporte, con dedicación podemos sobrepasar todos los obstáculos que se nos pongan en el camino y para llegar hacer una de las mejores hay que ser muy valiente, nunca rendirse, trabajar el doble de lo que lo hacen los demás y siempre pensar más allá de lo común”.