“Ser profesional no te lo da el contrato, son las condiciones con las que tú decides levantarte todos los días y cuidarte”.
En Bogotá, Colombia nos encontramos con Manuela Acosta Murcia una futbolista, que como muchas, asumió el reto del balompié en un país machista y conservador.
Para ella es muy difícil recordar cómo fue su primera experiencia con el fútbol, pero lo que si tiene presente es el balón que le regaló su tío de navidad y que nunca soltaba. Así llegó a la primera escuela, jugando con niños y mostrando su inquietud por este deporte.
Tal vez cuando tenía 7 años y empezó a jugar en su colegio, pero con niñas, se dio cuenta que quería hacer muchas cosas a través del fútbol y su idea de ser profesional viene hace casi 20 años atrás, un plan que desde el 2013 es realidad.
Manuela afirma que tiempo atrás “ser mujer y jugar fútbol era un pecado” pero entendió que lo más cercano a cumplir su sueño estaba en buscar una beca en Estados Unidos a través del balompié y esto llegó en el año 2007.
Otro país, otro idioma y otra experiencia a la que la volante se vio enfrentada, y aunque seguramente aprendió muchas cosas allí, en la charla con Fémina Fútbol recalcó las más importantes: Se dio cuenta que el deporte es una responsabilidad, aprendió a ser más tranquila con ella misma y las ligas universitarias de ese país hacen que veas el reconocimiento y la admiración que tienen las personas por lo que haces.
Luego de vivir esto, regresó a Colombia y sería un tiempo después cuando viajó a Italia, un país que le abrió las puertas para jugar fútbol profesionalmente y que como ella dice “es un escenario y un contexto muy diferente”.
Nunca pensó que iría allí a jugar fútbol, pero como algo ya destinado, estuvo en las filas del Inter de Milán, un estilo que para ella es muy técnico y que además la reto personalmente.
Debió enfrentar barreras como el idioma y el esfuerzo para ser parte de las jugadoras del equipo, pero al final lo califica como una experiencia maravillosa que le ayudó a entender lo importante que es este deporte.
Ama a Colombia y por su pasión al fútbol renuncia en 2017 a su trabajo como consultora porque un día cualquiera se preguntó ¿qué estaba haciendo? Y entendió que necesitaba ser parte de la liga de su país.
Todo esto también traía cosas detrás y nos contó que con 13 fracturas encima se empezó a preparar porque no podía improvisar. Tenía claro que quería quedarse en Bogotá y para el año pasado podía contar con cuatro posibles plazas: Independiente Santa Fe, Bogotá, Equidad y Fortaleza.
Se probó con el equipo asegurador y allí se quedó. Jugó 2 compromisos y sumó 41 minutos, seguramente los más importantes de su vida, pues estaba cumpliendo lo que siempre soñó a pesar de que tuvo que renunciar a las facilidades que le daba su empleo anterior y a estar siete meses en pretemporada sin sueldo.
Esta experiencia le dio más claridad de cómo debería jugarse la próxima edición de la liga: Con menos equipos, mejor organización y un músculo económico que funcione para los resultados que las grandes entidades del fútbol colombiano esperan.
“Ser profesional no te lo da el contrato, son las condiciones con las que tú decides levantarte todos los días, cuidarte nutricionalmente y entender que los escenarios nocturno se terminaron”, son las palabras en las que más énfasis hace Manuela y que explica un poco el contexto al que deben enfrentar las futbolistas.
Parece increíble pensar que alguien que estudio Bussiness Management y psicología, que además hizo una especialización en sistemas integrados de gestión y que tiene un magister en desarrollo organizacional, siga eligiendo jugar fútbol cada día, porque como muchas jugadoras tiene una vida paralela con la que busca sobrevivir cuando no hay torneo.
Finalmente, Manuela se sigue preparando y esperando el equipo que le deje mejores condiciones pero por ahora se basa en su premisa “el día que deje de aprender, tengo que dejar de enseñar”.
Al cierre de la edición, Manuela fue fichada por Independiente Santa Fe para disputar la temporada 2019 de la Liga Profesional Femenina. Su próximo reto es ganarse la titularidad y consolidarse en el cuadro cardenal.
Esta nota hace parte de la Edición # 5 de la Revista Fémina Fútbol. Descárgala aquí: