Foto: Suministrada
El avance, innovación, posicionamiento y potencialización del fútbol femenino en el mundo se debe a un grupo de estrategias que los países junto con gobiernos nacionales y federaciones deportivas crean, teniendo en cuenta los recursos actuales y las necesidades de cada territorio. En este caso la dirigencia deportiva en el fútbol femenino resulta ser una de esas estrategias que busca estudiar, planificar y gestionar procesos en beneficio de los objetivos deportivos de un país.
No obstante, en Colombia el concepto se ha convertido en un arma de doble filo donde si bien se ha logrado un importante progreso en la formación deportiva del fútbol femenino, aún la dirigencia se encuentra ligada a otros intereses diferentes al deportivo.
Fémina Fútbol habló con la presidenta del América de Cali Femenino, Marcela Gómez, quien gracias a su gestión, a la de su grupo de trabajo y contando con el talento de las americanas lograron coronarse campeonas de la Liga profesional colombiana en 2019, la clasificación a Copa Libertadores y la continuación de un proyecto que aún en tiempos difíciles como los que pasa en este momento el deporte a nivel mundial, lograron la estabilidad de varias de sus jugadoras permitiéndoles la continuidad en el club.
Marcela explicó el modelo de gestión y administración del club con el que construyeron todo un proyecto y una idea de organización para estar continuamente en competencia. “En todos los proyectos debe haber un liderazgo, alguien que tome la batuta y sea quien se empodere del objetivo con una idea clara hacia dónde quiere llevar un proyecto deportivo”.
“Al igual que pasa en el masculino, en el femenino hay muchos tipos de proyectos, pueden haber proyectos netamente formativos, de puras jugadoras de selección Colombia o también pueden existir proyectos mezclados, lo importante es que siempre haya una persona encargada de cada cosa. Administrativamente se debe tener una cabeza que trabaje en conjunto con el técnico y que los dos hablen el mismo idioma para que se puedan desarrollar mejores proyectos; Sin duda se necesita la sinergia de las dos cabezas tanto técnica como administrativa y que las jugadoras hagan parte de estos procesos”.
Durante Muchos años, el fútbol femenino se creó enfocándose en procesos formativos y con objetivos a corto y largo plazo en lo práctico, sin embargo, la administración y la gerencia quedaron sin fundamento para afrontar los nuevos retos que trae consigo el deporte y en este caso el fútbol femenino sencillamente porque estos procesos administrativos no se conocían.
Marcela reflejó lo que significa crear un equipo con bases sólidas de formación y con proyección al futuro teniendo en cuenta que los logros vendrían con el tiempo de trabajo, disciplina y organización “El primer año de América fue un aprendizaje para todos, nunca había existido fútbol profesional, nadie sabía qué era; Mi visión siempre del fútbol femenino era dar un salto de calidad en preparación, si bien nuestras jugadoras son muy técnicas, yo veía siempre que el problema no era técnico sino que habían jugadoras que no eran profesionales, que su día a día no era profesional. Hubo un choque de realidades entre lo que se vivía y lo que se quería, se quería una liga pero no habían jugadoras preparadas para el profesionalismo”.
“Dentro de todo este aprendizaje estuvo también el explicarle a cada jugadora que era un contrato, cómo iba a ser la metodología, que buscaba club, y el por qué básicamente siempre que América armaba un proyecto era para ganar y crear desde esa mentalidad un producto deportivo llamativo, eso también es gestión en el deporte”.
“Este proyecto se replanteo; El segundo año se inició un engranaje entre lo técnico y lo administrativo, entre lo táctico y la búsqueda del objetivo con el fútbol femenino. Ahí empezamos a formar a varias niñas en categorías menores para seguir formando ese objetivo del club, siempre hemos tenido claro que queremos una columna vertebral y si queríamos que muchas niñas debutarán teníamos que tener categorías menores, es por eso que en muchas ocasiones nuestra jugadoras mayores ayudan en los procesos a esas niñas. En ese tiempo de pare entre el segundo torneo y el tercer torneo nos reunimos y seguíamos creando el modelo que para nosotros es importante. Nuestro enfoque es que cada jugadora debe ser estudiada individualmente”.
Imagen: Futbolred
“Nosotros empezamos a crecer en el desarrollo del modelo con evaluaciones biomecánicas, evaluaciones con el GPS, cuales eran los indicadores de cada jugadora, nutricionalmente cual son los ideales por jugadora y esas pequeñas cosa hacían la diferencia en el club, porque para nosotros era más importante tener una jugadora bien cuidada y bien formada que tener una jugadora que llega y se va a los tres meses de finalizada la liga.”
Pasan cosas interesantes cuando la parte administrativa de un club se junta y trabaja en equipo con la parte técnica y además se le suman las jugadoras, todo un proceso al que Marcela le ha puesto el alma y el corazón para que todo funcione de la mejor manera, evitando cualquier error pero también conociendo de cerca lo que viven las jugadoras día a día, las solicitudes de los entrenadores, cuerpo técnico y la facilidad o dificultad con la que el club puede proveer esas necesidades, en fin, cuando existe todo un proyecto y un objetivo claro en el fútbol femenino, las necesidade se convierten en oportunidades que todos pueden trabajar y en el que todos pueden aportar desde su conocimiento.
“Todo el tiempo estoy con los entrenadores, desde principio a fin en todos los entrenamientos, estoy pendiente y cuando hacen partidos estoy ahí porque no es lo mismo que un técnico me diga que no tiene una posición o le hace falta una jugadora y yo poder ver cuales son las necesidades y llegar juntos a una conclusión, cuando uno no está cerca de un proceso tiene que adivinar entre lo que le dice una persona o lo que le dice otra, al hacer parte del proceso vamos a Comité y buscamos un beneficio para todos”.
El cómo vender un proyecto de fútbol femenino para que sea sostenible desde la dirigencia es la pregunta que muchos equipos han intentado responder y es el trabajo que decenas de jugadoras se han dado a la tarea de resolver, sin embargo para marcela el proceso va más allá de la simple búsqueda de un logro anual como lo es la liga femenina “Nosotros tenemos que creer más, ningún proyecto ni emprendimiento va a generar dinero en tres meses, el fútbol femenino es una apuesta grandísima, al final del día no es fácil ir a buscar a los patrocinadores, aunque nosotras fuimos campeonas tuvimos que mostrar que el proyecto continuaba a pesar que la liga finalizara. Si no mostrabamos seriedad en eso los patrocinador no se iban a mantener, también hay que gestionar el tema de las jugadoras, no hay que entrar en la puja del que más le pague a una jugadora porque eso también hace insostenible un proyecto”.
“En América encontramos una manera de decirle a la jugadora que aunque no le podemos pagar los mejores salarios las preparamos muy bien, tienen una vitrina donde saben que se pueden ir a cualquier equipo donde quieran jugar. Si bien no les damos el mejor salario de Colombia, si tienen una excelente estructura deportiva, evaluaciones biomecánicas, se diseñan planes de entrenamiento dependiendo de sus balances y sus procesos a mejorar se llevan a otro nivel, realmente se lleva paso a paso el proceso de profesionalización individual con cada jugadora”.
Imagen: El Pais
Creer en la jugadora
“Nosotros creemos mucho en el proceso, en la formación de la jugadora, en volverla profesional no desde pagarle un salario sino desde el entender qué se necesita para ser profesional y es realmente ahí donde el proyecto toma vida de manera sostenible tanto para la jugadora como para el club”.
La cereza del pastel en Colombia es la combinación de tres necesidades que deben ser resueltas para que de una vez por todas el fútbol femenino dé un salto al mundo realmente profesional. Creer en los procesos, engranaje entre lo técnico y administrativo y un proyecto serio con resultados a corto, mediano y largo plazo.
“Colombia necesita un proyecto serio de 365 días del año, si bien hay muchas que no se les pagan los 365 días si se preparan todos los días del año y tenemos que encontrar a la jugadora que esté dispuesta a eso, es difícil porque nosotros entendemos la situación de cada jugadora, ahora, cuando íbamos a los patrocinadores y les decíamos que nos patrocinará la liga siempre nos decían ¿Qué liga van a jugar? ¿Quienes son los rivales? ¿Cuánto tiempo va a durar la liga? ir a toda la junta y pedirles que apoyen un proyecto es difícil porque no sabemos ni qué torneo vamos a jugar, logar encontrar y convencer acerca la preparación a la jugadora es difícil pero hemos podido hacerlo porque ellas están muy comprometidas, ellas creen en este proyecto”.
¿En qué nos ganan otras ligas en cuanto a la dirigencia deportiva?
“Muchas jugadoras nuestras se han podido ir a Europa por su experiencia y su bagaje en el deporte y han logrado encajar a la perfección; En lo único que nos ganan en el exterior es que la dirigencia cree en los procesos, los gobiernos y las federaciones le dan a los equipos continuidad en competencias y crean proyectos serios y a largo plazo, permiten espacios propicios par la preparación pero en cuanto a talento, capacidad de juego creo que aquí estamos al mismo y hasta en un mejor nivel”.
“Nos hace falta una inversión inicial para una liga de un año. Si todo el torneo fuera como son las finales, el fútbol femenino hace rato hubiera enamorado a toda colombia, porque lo que generan partidos de semifinales y finales es algo indescriptible, pero si la gente tiene que esperar seis o siete mese para que eso vuelva a pasar, se pierde la emoción y el furor del fútbol”.
El fútbol femenino tiene una manera particular de encontrar cosas que no tiene el fútbol masculino, lleva a la familia al estadio, incrementa la visibilidad de un equipo en redes sociales, activa bastante las marcas y busca siempre la cercanía con la gente “El fútbol femenino logra que el posicionamiento de un club incremente mediante la Responsabilidad Social empresarial. El calor humano y la cercanía que se tiene con la hinchada lo permite el fútbol femenino, nosotros buscamos contar historias por medio de nuestras jugadoras y la visibilización de la marca teniendo en cuenta el impacto que tiene en Colombia porque por ejemplo hay gente de un equipo masculino en específico pero que apoya a otro equipo femenino por el impacto que genera en la sociedad”, dijo Marcela.
En este sentido, la responsabilidad no sólo recae sobre las jugadoras o sobre la dirigencia únicamente. La responsabilidad de potenciar, visibilizar y hacer grande el fútbol femenino está en manos de todos los involucrados, donde se busca llegar a un común acuerdo beneficiando a todas las partes interesadas y teniendo en cuenta que ningún proceso deportivo va a ser eficiente si no hay una organización estructural desde el principio.