Un proceso que ha contado con preparación, una nómina de lujo y mujeres que siguen ganando terreno en el deporte colombiano, siendo protagonistas y parte de un grupo que representará al país.
Por: Elizabeth Oviedo y Jair Buitrago
Desde hace más de seis meses 35 deportistas se han venido preparando en Bogotá para representar al país en el Campeonato Panamericano de Tchoukball que se realizará en Brasil, donde -como lo ha hecho por tradición desde que este deporte inició en el país- participará el equipo de mujeres, el equipo de hombres y ahora también con un equipo máster.
El Tchoukball es un deporte creado en el año 1970 en Suiza por el doctor Herman Brant. En la actualidad, la Federación Internacional de Tchoukball (FITB) cuenta con 72 países de los cuales 29 han tomado parte en eventos internacionales y 30 tienen representación oficial, entre ellos Colombia, donde el seleccionado nacional ha podido participar en campeonatos panamericanos en México 2016 y Argentina 2018 con equipos representativos en la rama masculina, femenina y mixta.
Ahora, les espera un nuevo reto deportivo de clasificarse al mundial, para lo cual deberán atender la cita entre el 10 al 17 de julio, en el marco del Campeonato Panamericano en Sao Paulo, Brasil, donde se ha logrado la clasificación para nuestro país por el sistema de competencia directa en la región. 35 atletas de las selecciones masculina, femenina y máster estarán enfrentando equipos del sur del continente para inscribirse en las justas internacionales del campeonato mundial que se celebrará en Suiza en el mes de noviembre.
El Tchoukball es un deporte que se juega con un balón de la mitad del tamaño de uno de fútbol. La principal interacción de los jugadores con éste son las manos, siendo no permitida la que se suele realizar con los pies – debajo de las rodillas-. En el terreno de juego se disponen dos marcos de un metro cuadrado de área donde se hace rebotar la pelota con el fin de que esta vaya fuera del área -un semicírculo de tres metros de radio construida a partir del centro del trampolín o marco que se inclina unos 30 grados hacia atrás para facilitar la tarea de golpeo y rebote- y no sea atrapada por el equipo que defiende y se logre una anotación por parte de la escuadra atacante.
El juego cuenta con la filosofía tres por tres por tres: se deben realizar un máximo de tres pases antes de intentar una anotación al golpear el marco, se cuenta con tres segundos como límite para realizar un pase, son permitidos hasta tres pasos para movilizarse con el balón en las manos antes de intentar anotar o enviar o un pase, y son autorizados hasta tres ataques consecutivos sobre el mismo marco antes de que se requiera cambiar el ataque sobre el otro marco.
En Colombia ha sido practicado por más de tres mil personas de diferentes edades y condiciones socioeconómicas. Recoge elementos importantes en términos de velocidad, movilidad en el terreno de juego y estrategia que desafía al jugador o jugadora y se puede practicar en superficies sintéticas, en arena o césped, además de poder practicarse por personas en situación de discapacidad. Aunque a nivel de competencia internacional existe una separación por ramas -masculino, femenino-, por sus características se puede integrar tanto a hombres como a mujeres y a otras identidades de género. En ese sentido, en los campeonatos nacionales y locales se estimula la participación de clubes con equipos mixtos.
Este deporte, por ser nueva tendencia y por las características mencionadas, nace como una posibilidad de inclusión en la que diversos géneros pueden participar, teniendo en cuenta que una posible estigmatización relacionada con el género -como sucede en otros deportes, entre ellos el fútbol- no es un tema tradicional o de antaño, pues la cultura de este deporte está en plena construcción, es relativamente joven en Colombia, y permite la participación de todos los géneros. Esto está estrechamente relacionado con lo que buscaba el creador del Tchoukball, quien pensaba que el objetivo principal de los deportes debería ser la construcción de la armonía en la sociedad y no la competencia, motivo por el cual se le ha llamado del deporte de la paz.
Este campeonato panamericano reviste gran importancia, considerando que dará clasificación al campeonato mundial de mayores que se realizará a finales de año en Europa bajo el aval de la Federación Internacional de Tchoukball (FITB). A partir de esta participación donde los y las atletas viajarán con recursos propios, el tchoukball colombiano también busca consolidarse como un deporte de nueva tendencia por excelencia en el país que se inscriba en el Sistema Nacional del Deporte. Auguramos éxitos a los y las atletas que nos representarán en estas justas deportivas en el país de la samba.