Foto: Cortesía (Natalie Juncos)
Natalie Juncos, defensora de la selección Argentina, nacida en los Estados Unidos nos comparte sus primeros pasos en el fútbol, su recorrido y actualidad en Racing. También sus mejores momentos dentro y fuera de las canchas.
Natalie Giselle Juncos, nació el 28 de diciembre de 1990, Detroit, Estados Unidos. Hija de dos nadadores olímpicos de Argentina. Luis Juncos y Valentina Aracil. Su padre participó en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984, mientras que su madre lo hizo en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988. Natalie es casada, kinesióloga y licenciada en administración.
“El fútbol es un mismo latir, no aísla por idiomas ni nacionalidades. Este deporte simplemente te atrapa y te hace feliz. Este es mi
momento y quiero fútbol ahora y después”. Los primeros pasos para Natalie en este deporte fueron desde los cuatro años, donde ya contaba con su primera pelota y lo más importante para ella, el apoyo de sus padres.
Si de algo agradece el haber crecido en los Estados Unidos es por la capacidad de aceptación que tiene para con las mujeres que quieren practicar al fútbol, no hay más o en gran cantidad, no quedan más los malos comentarios que no dejan crecer al fútbol femenino.
El contar con el respaldo de su familia para iniciar desde pequeña la aventura que hoy sigue viviendo, es la motivación que quiere transmitirle a las generaciones que están en el momento de miedo y duda por jugar a la pelota.
Su carrera deportiva inició en los Estados Unidos a la par de sus estudios. Desde pequeña se enamoró de la pasión y la magia de los argentinos por el fútbol y se prometió algún día poder vivirlo de cerca.
Los momentos críticos no demoraron mucho en llegar, su primera lesión fue en los gemelos. La especialidad de los médicos estadounidenses ayudó para que la recuperación fuera pronta y en un tiempo considerable estuviera de nuevo en las canchas.
Mostró su habilidad con la pelota en diferentes países, España fue uno de ellos, luego de un gran proceso en Estados Unidos decidió afrontar el viaje a su sueño de niña, el estar “donde siente que debe estar”, Argentina.
Llegó a River y luego pasó por la UAI Urquiza. Los meniscos fueron un tormento para Natalie, una fuerte lesión en su rodilla la hicieron viajar de nuevo a Estados Unidos para afrontar su recuperación, nuevamente la especialidad de su cuerpo médico le ayudó para que en menos de un año pudiera volver a competir.
En su vuelta al país del que siente que es su corazón, comenzó a reorganizar su vida. Se casó con un ingeniero de petróleos (en USA) y en el altar, con sus botines de fútbol puestos, aceptó llevar el amor a este deporte por el resto de su vida.
El golpe más duro que tuvo en el fútbol, antes de debutar con la selección Argentina y cumplir su sueño de representarla, fue nuevamente una lesión, que no solo puso en riesgo su continuidad como deportista, sino que le hizo llegar a pensar que su momento y su aspiración de ser jugadora profesional quizá ya era hora de abandonarla.
Un problema en la cadera hizo que estuviera por fuera de las canchas y nuevamente en Estado Unidos buscó la solución y el respaldo de su familia para superar esta prueba y volver más fuerte.
Dicho y hecho regresó y debutó con la camiseta que le hace sentir la emoción del fútbol, en una Copa América frente a Brasil cumplió varios de sus sueños: el primero, representar al país que siempre ha amado; y segundo, enfrentar a su referente y para ella la mejor de todos los tiempos: Marta.
Cuando todo parecía ser alegría y a solo un año del mundial de Francia al que, históricamente, luego de 12 años Argentina clasificó, en un entrenamiento de selección sufrió la ruptura de ligamento cruzado y vio lejos la posibilidad de llegar a competir. “como tantas veces he caído, este amor que tengo por Argentina, por el fútbol me hacen levantar”. Llamó a su doctor y le dijo “voy a estar en Francia, voy a estar en Francia”.
Recuperación a tiempo, respaldo total del cuerpo técnico para hacerla parte del grupo y amor por ir a representar a su media vida fueron las combinaciones que Natalie Juncos tuvo para asistir al mundial.
“De Francia me llevo todo, me sorprendió todo lo que sentí y ni tengo como explicarlo”. Pese a no jugar de titular ningún partido, Natalie sintió haber estado soñando con ojos abiertos.
El idioma le costó y aún a veces no es fluido su español, pero no le importa, sabe que ya es hora, es su hora: “la etapa de explosión en las mujeres es después de los 27, así que este es mi momento y nada me va a decir que no”.
Su esposo lejos, su familia igual, es una situación complicada, pero entiende que quiere cada cosa que hace y cada momento que está viviendo: “todo lo que hoy está viviendo Argentina con la profesionalización yo ya lo vi en Estados Unidos y mira cómo están ahora, son potencia y quiero hacer parte de eso”.
Actualmente está en Racing, equipo con quien firmó su primer contrato profesional y que le ha mostrado todo su apoyo. Desde chica siente que su potencial es jugar de 5 o de 8, manejar la pelota y crear juego: “si el profe me dice que juegue de 4 lo hago, si me dice que vaya arriba lo hago, somos un grupo y nos ayudamos en cualquier posición”.
“Agradezco la disciplina aprendida en Estados Unidos, agradezco el apoyo y respaldo de mis padres para iniciar y nunca dejar esta carrera, agradezco a mi abuelo por mostrarme el amor por la camiseta y agradezco a Argentina por ser parte de mí y dejarme ser parte de ellos”.
Entre tarros, tapas y arena crecen muchas mujeres con la idea de jugar al fútbol y si tiene que pensar en algo después de su etapa como jugadora, quiere dedicarse a ayudar a que más mujeres levanten la mano para gritar un gol.
Hermosa nota!! Cada frase habla enteramente de cómo es ella y todo es real, pero hay mucho más. Nadie más que ella y su familia, conocen los esfuerzo tremendos que realizo para lograr llegar a donde llegó. Sumamente orgillosa de vos Naty!!!