La valentía de una mujer soñadora y empoderada, llega con la ilusión de jugar al fútbol en una época donde solo ellas podían luchar por hacerlo. El 2 de marzo de 1970 llega al mundo la mujer que lucharía por ello.
Lucila Sandoval, pintaba la vida de color y esperanza para todas las mujeres empoderadas que deseaban patear un balón, a diferencia de ellas, “Luky” como también es conocida, quería atajarlos.
Dicen que nuestro camino está escrito, algunos nacemos para algo específico y ella sabía que lo suyo era el fútbol. La futura guardameta tuvo que recorrer este camino sola, la argentina no tuvo una familia estable, sin embargo, de esta experiencia sacó lo mejor, logró aprender lo suficiente para salir adelante.
Patear un balón en su pueblo Saladas, Corrientes, era agradable, siempre y cuando un pequeño, un adolescente o un hombre lo hiciera, Lucy dejaba a un lado las reglas invisibles que el hombre ostentaba. ¡Y claro! No era rebeldía, era una mujer que demostraba que aquellas leyes solo hacían parte de un imaginario.
“Hacer deporte me salvó, no me veía como un varón o una nena, solo me veía como una persona que quería jugar”.
Lucila jugaba donde podía, con la mirada siempre al balón y con el sonido que hacia su corazón. Sin embargo, sus vecinos no lo veían bien, por este motivo, le gritaban en la calle “ANDA A TU CASA MARIMACHO”, ella siempre optimista, daba lo mejor de sí para salir adelante “yo no tuve ninguna barrera porque la vida me enseñó a no aceptar barreras, las barreras y los no, son ajenos”
UN NUEVO COMIENZO
A sus 14 años, y con mucha ilusión, Lucila logró viajar a la capital de Argentina, donde inicia el verdadero viaje histórico, dejaba atrás algunos recuerdos dolorosos y felices, y daba el paso a una nueva vida. Como dicen por ahí, el querer es poder, por eso, sin pensarlo tanto, aceptó llegar a un hogar para hacer el aseo, de esta forma, ella podría seguir estudiando.
Sus sueños en el fútbol no paraban ahí, tenía referentes y deseaba lograr llegar a su nivel: “Mi referente era sin lugar a dudas La enorme MARCELA LESICH mi Ídolo y luego el enorme único gigante y mi Maestro MIGUEL ANGEL ‘PEPE’ SANTORO, múltiple campeón de Libertadores e Intercontinental y torneos locales con mi Amado INDEPENDIENTE de Avellaneda”.
Terminó sus estudios y logró el título de masajista especializada en lesiones deportivas, consiguió un empleo en una panadería y continuó con su carrera deportiva.
La argentina ansiaba tocar una cancha de fútbol, respirarlo, sentirlo, escuchar el melódico pitazo inicial. Supo desde el primero momento que su felicidad no era necesariamente cantar un gol, su grito era diferente, era especial, evitar la celebración del gol… Un dolor para algunos, un orgullo para otros: “primero por qué DIOSITO no me regaló el talento para ser una jugadora de campo, pero para compensar eso, Dios creo el arco para yo jugar al fútbol”, agregó la guardameta.
Hizo parte del All Boys dos años, pasó al equipo formativo de River Plate y llegó a Independiente donde duro 10 años.
Este último club, le daría la oportunidad más importante de su vida: “Iba horas antes para ver a MI ÍDOLO que entrenaba a los ARQUEROS del club y miraba todo lo que hacían (pegada al alambrado), y después iba y trataba de hacerlo yo solita”. Lucila guardaba la esperanza de lograr el nivel, por este motivo, con mucha disciplina se entrenaba: “hasta que un día en el PREDIO DE VILLA DOMINICO íbamos hacia la utilería con la delegada MAGDALENA GARCIA (una gran atleta múltiple campeona sudamericana de Jabalina) nos cruzamos con PEPE SANTORO y ella le contó q yo iba cada día a mirar cómo se entrenaban los arqueros.
La reacción de Lucy fue de sorpresa y felicidad a la vez, la reacción de su ídolo fue especial: “PEPE SANTORO me mira paternalmente y me dice: mañana te espero a las 14hs y a las 14:30hs arrancas a entrenar con nosotros, ¿te animas?” con sorpresa y alegría, Lucila Sandoval acepta sin pensarlo un minuto.
Luego de algunos años aprendiendo de su ídolo, Lucila decide tomar otros caminos, tuvo un paso corto por ATLANTA y luego de seis meses, llega al histórico Boca Juniors.
“Cuando jugaba en BOCA JUNIORS la Vestuarista SILVINA SUAREZ tenía a su hijo más pequeñito Daniel Juarez de solo 3. Como yo era la capitana, entraba de mi mano a cada partido (era nuestra mascota) y de vez en cuando venía a ver los entrenamientos y venía donde yo estaba y me pateaba, yo volaba como que se lo iba a atajar y me dejaba hacer el gol, el niño feliz obvio, y un día me dijo que él quería ser Arquero ( casi muero de la emoción). Al otro día llegue al club con unos guantes 3 el más pequeño que tenía NIKE amarillo y azul y buzos de arquerito y se lo di a la mamá, imaginando que solo se vestiría y jugaría como un niñito de tres añitos.
Y la realidad es que hoy TUDIN como le decimos, es el ARQUERO de la Reserva de RACING CLUB DE AVELLANEDA”, recordaba Lucila.
Con el club “Xeneize” logró en el 2004 el primer título histórico en un campeonato de futsal avalado por la AFA.
Después de 6 años en Boca, tuvo un paso por San Lorenzo, equipo donde cumplió el sueño de cantar el himno nacional de su país en un torneo internacional, con mucha emoción, lo entonó en la primera edición de la Copa Libertadores Femenina. Tras finalizar su etapa en San Lorenzo, continuó su carrera deportiva en Ferro y concluyó en Excursionistas: “jugué 27 años al Futbol porque DIOSITO me regalo el Puesto de ARQUERA”.
PASO POR LA SELECCIÓN
En 1997 bajo la dirección técnica de Rubén “Coco” Torres, tuvo su primer llamado a la Selección Argentina, aunque las convocaban por algunos meses, Lucy sentía que había valido la pena cada esfuerzo.
A pesar de representar con orgullo a su país, no todos celebraban este paso, Sandoval tuvo que pasar por algunos obstáculos. En 1998 tuvo un nuevo llamado a la Selección bajo la dirección técnica de Rodríguez Seaone: “la única barrera que no la pude sortear y me dolió hasta el alma fue: en un trabajo que tuve allá por el 98 en una fábrica de pinturas, mi jefe no me dejó viajar a jugar un amistoso contra URUGUAY, hasta el presidente del futbol femenino de AFA llamó a la empresa y fue un NO o perdía el trabajo. Ese día si quede partida en millones de pedazos porque hubiera sido la única posibilidad de estar al menos en el banco de suplentes”.
En el año 2000, Carlos Borrello la convoca a la Selección nuevamente.
EL RETIRO
Es difícil aceptar que se debe poner fin a una etapa de la vida, Lucila era consiente que su momento bajo los tres palos había llegado a su fin: “Sentí que LA TRISTEZA sería eterna, porque ya no iba a habitar mi CASITA de tres palos donde fui tan Feliz por 27 años y me Sentía como pez en el agua”.
“Llore muchísimos días, porque se extraña muchísimo las compañeras, las pretemporadas, los MATES y charlas después de agotadores entrenamientos donde se afianzaban los grupos humanamente”, asegura la ex-guardameta.
Actualmente, Lucila sigue vinculada al fútbol, esta vez recorre el mundo para visibilizar el papel de las pioneras argentinas y revivir la historia del fútbol femenino en su país, sin embargo, en su mente sigue siendo esa valiente arquera de lucha y constancia: “Fue duro y aún lo es, ya con 50 años digo que jamás dejaré de ser arquera a veces me despierto después de tapar un mano a mano o de cortar un centro y de un zurdazo salir rápido de contragolpe (risas) ya no estoy en campo, pero seguiré atajando en mis sueños”.
MENSAJE A TODAS LAS JUGADORAS DE FÚTBOL
Traten de que abracen la Historia del fútbol femenino del País donde viven y desde allí ya entendiendo que este deporte se construyó con amor pasión y derivando Los NO ajenos los MARIMACHO los EL FÚTBOL NO ES PARA LAS MUJERES los no vas a llegar a nada.
Y entiendan que hubo mujeres que hoy no tienen nada y aun así están ORGULLOSA de haber luchado con alma y vida para JUGAR Y JUGARON Y GANARON LAS CANCHAS.
Desde ahí, chicas, niñas si van a elegir ser futbolistas, háganlo con pasión, con responsabilidad y que lo hagan como deportistas de élite traten de superarse entrenamiento tras entrenamientos. Que sean autocríticas y sepan reconocer lo que les falta, para luego trabajar para superarse y que entiendan que, aunque al partido entren 11, esas 11 son el resultado del entrenamiento diario, que aunque se vean mejor que a la que le tocó jugar, lo más probable es que el CUERPO TÉCNICO haya visto que para ese partido necesiten sus características, cada jugadora somos una pieza para un partido.
Somos un deporte de equipo donde el plantel completo trabaja a la par para que el día del partido entren las 11 necesarias.
Cuando cometan un error y van a tener miles, porque el rival juega a que te equivoques, de esos errores se aprenden aún más. SEAN AUTOCRÍTICAS.
Y si sos ARQUERA jamás pero JAMÁS le culparás a una compañera por un GOL. Somos una raza diferente y estamos allí para resolver y hacernos cargo de alentarlas, los errores nos lo marcarán los profes en la siguiente práctica, o lo hablaremos como críticas constructivas con las compañeras.
Otro tema importantísimo es que, si te toca ser, denlas que juegan siempre: debes de estar atenta para alentar y acompañar el crecimiento y la evolución de la compañera que más le cuesta, jamás sabes cuando la van a necesitar dentro del equipo, por lesiones o por amonestaciones de las titulares.
En definitiva, JAMÁS OLVIDEN QUE ES UN DEPORTE DE GRUPO y lo más hermoso que nos deja el FÚTBOL no solo es JUGAR, sino las personas que nos regala los años los clubes por los que pasas.