Mabel Velarde Coba dialogó con Fémina Fútbol en una amena entrevista con una conclusión: balompié con mirada de género.
En el fútbol femenino hay algo que queda claro en cada nación, evidentemente este balompié necesita de luchadoras que vean esta disciplina más allá de un simple deporte. Personas que quieran demostrar que el fútbol es para todo el mundo, un deporte sin género.
Sin embargo, lo que muchas veces pasa es que, por ser una disciplina inicialmente masculina, el lugar para las mujeres ha sido difícil. En Colombia podemos hablar de Melissa Ortiz e Isabella Echeverri que dejaron el temor de hablar atrás, entre otras jugadoras de Selección que por ellas es que hay Liga profesional. México con Maribel Domínguez que alcanzó a jugar en equipos masculinos. Estados Unidos, pese a ser potencia mundial, Megan Rapinoe esclareció algunas desigualdades en su país. Finalmente, hablar de Ecuador, sería un error no considerar a Mabel Velarde Coba como una de las referentes como futbolista y como académica.
Así las cosas, los invitamos a que se sumerjan en una historia futbolera, pero más que adentrarse en el deporte que tanto les gusta, por qué no relatar sobre la desigualdad y la discriminación que es el mundo del balompié femenino. Imagínese usted, siendo jugadora profesional en Ecuador y estar ganando tan solo cincuenta dólares al mes. Imagínese usted, ser una de las referentes del fútbol ecuatoriano y tan solo ganar 700 dólares al mes, un valor que apenas llega a los 2,700,000 de pesos colombianos. Tenga eso presente mientras lee la entrevista.
Una familia futbolera: los inicios
4 de diciembre de 1988, en Quito, Ecuador nació Mabel Velarde Coba, hija de un futbolista, tema que potencializó a una familia que veía en el fútbol una vocación. Tanto así, que salieron varios futbolistas, entre ellos, hombres y mujeres. Además de ello, su papá también se involucró en la sociología y en la historia, siento esto, una inspiración para Mabel en la parte académica.
“El fútbol siempre ha estado ahí”, comenta Mabel, pero en realidad, más allá de un simple deporte, es una herramienta de transformación profunda. Fomentó mucho desde su juventud el deporte mixto, dado que muchas jugadoras comienzan en academias de hombres. De hecho, desde sus cinco años, hasta los diez, Mabel encontró el amor por esta disciplina en escuelas masculinas.
No había discriminación en las escuelas por sus compañeros, pero sí por los padres. Mabel comenta que desarrollarse con hombres fue una de sus mejores experiencias. Posteriormente, Mabel viajó a Costa Rica y apareció su oportunidad en el Saprissa por dos años, desde los 11 a sus 13.
Un regreso a Ecuador a sus 15 años, siendo la menor defendiendo a Estudiantes de la Católica jugaba con personas mayores que ella. Algo que, sin duda alguna, ayudó a desarrollarse futbolísticamente. Mabel representó a su temprana edad a la Selección de Pichincha y en los Juegos Nacionales, el técnico de la Selección nacional convocó a Mabel a sus 16 años de edad.
Ahí en adelante empezó la historia con la camisa de Ecuador. Su primera competencia fue en Mar del Plata, donde Ecuador no logró clasificar al perder contra Argentina, descrita como una gran experiencia al ser una de las menores. Ecuador actuó en los Juegos Panamericanos de 2007, en donde enfrentó a Brasil, Uruguay, Canadá y Jamaica, sumando apenas tres puntos al vencer a las charrúas, pero para Mabel fue una gran experiencia por enfrentar a potencias mundiales.
Primera jugadora ecuatoriana becada en Estados Unidos
Tras los Juegos Panamericanos, Mabel recibió una llamada para avisarle que optara por una beca completa en Estados Unidos. Primero jugó en Lee University de Cleveland, Tennessee y después en Missouri State University. A la par, estudió Excercise Science y nutrición, pero quería llegar a jugar fútbol profesional en San Francisco. Por esta razón, a sus 22 años, recurrió a la Federación Ecuatoriana de Fútbol y el Ministerio del Deporte del Ecuador, quienes negaron la ayuda económica que Mabel pedía. Además, acudió a dos empresarios famosos y en ese entonces, ninguno apostó por el fútbol femenino. “Siempre decían que era gasto y no inversión”, explicó Mabel.
Mabel nunca se desvinculó de sus estudios y viajó a Argentina a jugar y a estudiar Functional Training y nutrición deportiva. En ese tramo en Buenos Aires, logró hacer historia en Ecuador al llegar a jugar con Boca Juniors.
Hacer historia: primera ecuatoriana en Boca Juniors
Jugó durante un tiempo, pero se rompió el ligamento cruzado y meniscos de la pierna izquierda. El fútbol femenino en Argentina pasaba por una situación compleja de muchas necesidades y discriminación. Mabel comenta que había compañeras que tenían que esperar meses para sus operaciones y en su caso, realizó un reclamo, pero jamás pudo hablar directamente con el Presidente del club.
“Yo no iba a esperar meses hasta que decidan cuando era necesario operarme. Mi rodilla tuvo una severa lesión y mis padres tuvieron que realizar el gasto de la operación trasladándome a Ecuador”, asevera Mabel. En ese periodo de un año y medio, se recuperó y regresó a Buenos Aires a terminar sus estudios.
Después de Argentina, decidió regresar a Quito, donde entró al Instituto de la Federación Ecuatoriana de Fútbol a estudiar para ser coach sin dejar de jugar, pero en este caso, ella jugaba en un equipo de segunda división de hombres llamado Cuniburo. Con paciencia y dedicación sacó el título de entrenadora y empezó a involucrarse en el liderazgo, una cualidad innata.
De vuelta en Ecuador, un sueño por dirigir
En este transcurso en el que entró a estudiar como Coach de Fútbol en el Instituto de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, existieron dos eventos importantes. Fundó la primera academia femenina y mixta en la ciudad de Quito, en marzo del 2014, que lleva su nombre, con un enfoque de generación de espacios mixtos para cambiar mentalidades desde edades tempranas y a su vez la convocaron para que sea parte del proceso de la Selección Femenina del Ecuador que clasificó al Mundial del 2015.
Siendo una de las jugadoras con más experiencia y trayectoria deportiva, Mabel nos contaba que no tuvieron la preparación necesaria para ir a representar a Ecuador en un Mundial. “Jamás viajamos a un cuadrangular internacional a prepararnos y tampoco contábamos con la tecnología adecuada para análisis de partidos. No siento que la Federación aportara como debió haber sido”.
Más adelante contaremos su experiencia en el Mundial. Regresó de Canadá y sacó el título de entrenadora y empezó a involucrarse en temas de liderazgo, género, sexualidad y la exploración del ciclo menstrual y su fisiología.
La Academia Mabel Velarde
Evidentemente, esta idea de crear una academia tiene una historia. “Haberme desarrollado con hombres desde muy pequeña en el fútbol, y como co- existir entre mujeres y hombres desde edades tempranas transforman sociedades y se vuelven equitativas y empáticas, por eso me interesó un enfoque mixto. La academia es un espacio para educar, sensibilizar, concientizar y crear una mentalidad equitativa, amorosa en el fútbol”.
Desde la experiencia de Mabel, el fútbol mixto es importante, pues ha trabajado con jóvenes desde los 5 años a los 18. “Es una exploración y una investigación constante, porque es interesante observar cómo crecen juntos entre niñas y niños sin importar niveles técnicos ni físicos, porque a través de los procesos tanto ellos como ellas van evolucionando y tienen las herramientas necesarias para entrar en equipos profesionales e internacionales”.
El sueño de toda jugadora: disputar un Mundial
A la par que Mabel continuaba con sus labores en su academia, nunca dejó al balompié femenino. En 2014, Ecuador fue sede del Sudamericano que daba dos cupos y medio al Mundial de Canadá. Aunque Ecuador tuvo su mejor rendimiento como local, no logró clasificar directamente y enfrentó en la repesca a Trinidad y Tobago. El sueño de asistir a una cita mundialista por primera vez, crecía cada vez más con Vanessa Arauz, la estratega más joven con 26 años y con una Mabel Velarde, que, pese a no jugar en el fútbol femenino, se mantenía jugando en equipo de fútbol masculino, y siempre preparándose físicamente y estudiando nutrición deportiva y alimentación consciente.
Contactaron a Mabel, le hicieron un test físico, entonces empezó su proceso y luego quedó seleccionada en la lista definitiva de convocadas, actuó en los dos primeros partidos, ante Camerún y Suiza.
Aunque los resultados no fueron los mejores, para Mabel marcó un antes y un después por estar en un torneo tan imponente. “Jugar en estadios llenos, pasar controles antidoping, conocer personas que solo había visto a través de una pantalla, y con quienes ahora tengo amistad y hemos generado proyectos para luchar por la equidad en el fútbol femenino. También me llamó la atención los test que hicieron a varias jugadoras del Mundial porque pensaban que eran hombres, por su apariencia física”. Mabel nos comentaba, que es una discriminación total esto dentro de una competición como un Mundial de fútbol. ¿Acaso eso sucede en el fútbol masculino?
Personalmente, siempre se ha visto un posible temor por parte de los hombres a que mujeres “invadan” sus deportes. No obstante, ¿quién estipuló que el fútbol es y siempre será una disciplina de hombres? Yo creo que nadie.
Exploraciones en el exterior
La experiencia del Mundial sirvió para que Mabel explorara mucho más su cuerpo y la relación de las emociones, el ciclo menstrual, el rendimiento físico, movilidad y entrenamiento, pero, sobre todo, como todo el cuerpo está conectado y esto ayudó para fortalecer y manejar desde una visión profesional y generando programas académicos en su academia. Las experiencias que acumuló como entrenadora reafirmaron su convicción de la necesidad de formar holísticamente e integralmente a niñas, niños y adolescentes sin importar su género, pero sintió que existía una profunda necesidad de explorar y conocer más el cuerpo de una atleta para luego ayudarla a su formación y rendimiento.
“Cuando trabajas con ellas, te das cuenta que no conocen su cuerpo, y que se asustan por su naturalidad y los cambios bio-fisiológicos. Los entrenadores hombres, tampoco saben manejarse con situaciones que cambian y afectan específicamente a las mujeres”, sostiene Mabel con una mirada más experta a la formación de jóvenes.
Argentina le tendió una mano. Mabel Velarde fue contratada por el club italiano Juventus, porque les conoció en Boston y vieron su manera de entrenar y formar niñas, niños y adolescentes. En la ‘vecchia signora’ trabajó como coordinadora del programa de desarrollo y formación de niños y niñas para Buenos Aires, Argentina.
Después de varios años en Argentina, en donde profundizó con su maestra Sofía Parisí, estudios, como la pedagogía menstrual, yoga, la ginecología, la terapia Gestalt, el movimiento inteligente, volvió a Ecuador, lugar en donde la contrataron como gerente de la Liga Deportiva Universitaria por varios meses, pero ella aún sintió que podía explorar y poner en práctica todo lo estudiado con su cuerpo, y terminó jugando en la Liga Profesional de Ecuador en la Universidad Católica, y uno de los sucesos que fueron emocionantes para ella, fue haber formado a su prima en la academia durante cuatro años, con quien compartió la SuperLiga Femenina, Valentina Rivadulla.
La discriminación en el fútbol femenino
Adaptando casos de fútbol mixto, Mabel Velarde se dirigió al caso de María Paz Mora Silva. Una arquera de 11 años que jugó un torneo amateur en Colombia con hombres y tras acceder a la siguiente fase, su equipo fue descalificado sin ninguna razón alguna. Aunque no les dijeron por qué fueron eliminados, sin duda alguna todo parecía un acto de discriminación frente a la joven en un club masculino.
Aparte de la injusticia, la FIFA mantiene que el fútbol mixto es aceptado, siempre y cuando sea amateur y que no sobrepase una cierta edad, cosa que a Mabel le parece discriminatorio. Por su experiencia, Mabel manifiesta que hay un desconocimiento tremendo, es una discriminación total a María Paz. “No piensan en lo que ella siente y ella debe estar pensando ‘ahora, quiero jugar fútbol, pero no tengo un espacio dónde jugarlo’, ¿acaso les importa lo que sintió la niña? a su edad es muy discriminatorio y no son empáticos, no les importó nada de sus procesos y de sus sueños”.
“Es discriminación que radica e inicia desde el desconocimiento de los hombres, no les culpo de nada, pero no siento que existe la educación necesaria en cómo generar vínculos con las demás personas, ponerse en los zapatos de las jugadoras, de las niñas, de las entrenadoras, de las árbitras, de las dirigentes, no hay un entendimiento en absoluto hacia la mujer y por ende de las emociones o sentimientos hacia otro u otra, entonces en torno al cuerpo de la mujer tampoco”.
Infortunadamente, el fútbol femenino no es regido por mujeres, sino por hombres y ahí está esa ignorancia para dominar la rama femenina. “Existen acosos, abusos sexuales, embarazos no deseados, discriminación por orientaciones sexuales, discriminación por el ciclo menstrual, entonces todo esto es parte de un manejo y desarrollo de equipos femeninos, porque son situaciones que suceden, pero siempre se esconden, o no se hablan, son tabúes”. Para Mabel, el fútbol evolucionará cuando los seres humanos se capaciten en cada rama y sean empáticos hacia las diferencias de cada ser.
Estereotipos, una manera de discriminar
“Hombre para el fútbol, mujer para la cocina, devuélvete a la cocina. Creo que la discriminación hacia mí llegó por este tipo de comentarios”, explica Mabel. La mayor discriminación aparecía por los núcleos familiares y por sociedades machistas, que Mabel mantiene que Ecuador es sumamente machista aún, y que sigue existiendo temor o miedo de parte de padres o madres porque sus hijas juegan fútbol. “Espero esto llegue a cambiar y transformarse en muchos países latinoamericanos que lo necesitan”.
Investigaciones en otros países
La quiteña tuvo la oportunidad de recorrer varios países con el fin de ver qué tan cerca estamos de una igualdad. En Argentina, es increíble ver cuántas mujeres jugaban fútbol, pero Mabel mantiene que sigue creciendo mucho y que hay que fortalecer los derechos de las mujeres. En Chile hay gusto por el balompié femenino, pero no hay mucho interés de niñas por involucrarse a la disciplina. Mabel asistió al Mundial Sub17 en Uruguay, donde encontró que no había muchos espectadores durante el torneo. En Perú no hay interés por el fútbol mixto o fútbol formativo femenino y son más mujeres adultas que lo practican.
Por su parte, en Ecuador, “por qué sigue siendo raro que una mujer juegue al fútbol, es lo que siempre me pregunto, aún un país lleno de estereotipos y creencias religiosas, sin respetar diferencias y diversidad, pero está en pleno crecimiento y anhelo que las jugadoras, entrenadoras, dirigentes, todos nos unamos y luchemos por el trato equitativo y justo”.
También debe haber más entrenadoras, más mujeres involucradas en la parte de dirigencia. “Creo que vamos por un buen camino, pero no se puede hablar de equidad todavía”, concluye Mabel.
Súperliga femenina, situación laboral precaria
Es una batalla que viene desde 2006 por la arquera Carla Wright, que revolucionó a la lucha por los derechos de las futbolistas en Ecuador con la antigua administración de la FEF.
Francisco Egas y su nuevo directorio, crearon la Súperliga y aunque hubo un interés en el fútbol femenino, es fácil darse cuenta de la discriminación. “Cuántos recursos le entrego a la rama masculina y cuánto dejo para las mujeres”, “es increíble cómo se aprovechan, es increíble que gerentes negocien con jugadoras de 16 años y les paguen 30 dólares al mes, o 50 dólares al mes, que los contratos sean de aficionadas y no aficionadas, generando desigual entre las mismas jugadoras, falta mucho aún por hacer, hablar y no callar”.
Si bien es cierto que Cuenca fue a la Libertadores, se les prometió un dinero, pero el propio club del Deportivo Cuenca, nunca les entregó ese dinero. ¿Acaso alguien intervino en esto? Ojalá en algún momento las jugadoras de los equipos profesionales puedan hablar y exijan sus derechos en todo sentido.
Miedos y desconocimiento por parte de jugadoras
“Se trata de poder generar un buen vínculo con los dirigentes, entrenadores, saber lo que se firma y que sean contratos honestos, aún falta conocimiento y valor de parte de las jugadoras, poner todo en orden, pero existe el miedo de hablar por lo que pueda desencadenar en temas de malos tratos, contratos, cláusulas, etc”.
Hace año y medio, la Federación Ecuatoriana de Fútbol sacó del cargo a Luigi Pescarolo, entrenador del combinado nacional por acosos. Mabel dice que en sus años en la Selección hubo acosos, esto no debería pasar.
Finalmente, no sucedió absolutamente nada en el juzgado de Ecuador, y es lo que Mabel manifestó, pero no pasó nada con el tema. “Nadie habla porque tiene miedo de que no te vuelvan a llamar al combinado nacional, algo que sucedió conmigo por denunciar lo que sucedía a la Federación, no solo de acosos sino de temas de trato hacia las jugadoras”.
Cuando culminó el Mundial de 2015, la Federación recibió 300,000 dólares y cuando regresaron, recibieron apenas 2,500 dólares de esos 300,000 y tenían que pagar impuestos. Nadie nunca dijo nada, “creo que sería yo la primera en hablar sobre eso”.
2019, Fútbol Femenino y Equidad de Género
Una experiencia más que gratificante para Mabel fue poder viajar a Francia en la mitad del 2019. Ahí conoció a Verónica Boquete, ex mundialista y jugadora española, a Carolina Morace, ex delantera y directora técnica italiana, y a Romina Calatayud, fundadora y directora mexicana de Girls United, entre otros exponentes importantes. De esta manera Mabel se propuso realizar un evento internacional ‘Fútbol Femenino y Equidad de Género’ en noviembre del 2019 para compartir nuevos conocimientos, pero para generar un impacto profundo con mujeres que luchan por la equidad en el mundo del fútbol y en cada uno de sus espacios.
Este proyecto contó con intervenciones importantes de conocedoras del fútbol femenino, donde hablaron de innovación en gestión deportiva, en trabajo emocional, en táctica consciente, en derechos humanos, en sexualidad, preparación física y en fisiología, ciclo menstrual de la mujer y de muchos aspectos más. “Este tipo de eventos sirven para educar a nuestras sociedades de temáticas tabúes que existen en el deporte”, manifiesta Mabel Velarde.
Según Mabel, el enfoque o el objetivo de este tipo de eventos es poder capacitar a entrenadores, entrenadoras, jugadoras, dirigentes, “Se puede utilizar también en el masculino como herramientas de aprendizaje y cambiar metodologías para generar consciencia”.
“Fue un sueño hecho realidad desde la parte académica, porque dejó una huella gigante”. Asistieron 147 coaches de fútbol de todo el país y varios equipos femeninos de la Súperliga a escuchar las charlas, también participaron dirigentes y gerentes de fútbol femenino como la ex figura Santiago Jácome, Gerente de la Liga Deportiva Universitaria, quien tiene una hija en la Superliga Femenina, Arella Jácome con 16 años de edad.
Además, agrega que el objetivo de estos eventos es, “dejar una huella, eso es lo que me mueve, poder dejar un impacto y herramientas de transformación individual y colectiva a los demás a través de la educación¨.
Mabel cierra su año 2019 con poder generar conocimientos innovadores a México con la organización de Girls United, con quién trabaja actualmente como Mánager de Proyectos Innovadores y creación de contenido para seguir empoderando, inspirando a más niñas y mujeres alrededor del mundo.
“Tenemos que seguir uniéndonos para visibilizar y alzar nuestras voces hacia un mundo equitativo, empático, y entendiendo que el fútbol femenino es muy potente, que existen jugadoras como Vero Boquete que inspiran a otras niñas porque trabajan en esta causa sobre la equidad, también he tenido contacto con Natalia Gaitán y siempre quiere ayudar, entonces mientras más nos unamos, vamos a poder desarrollar campamentos, programas y que lleguen a más países e inspiren a más niñas a cumplir sus sueños”, concluye Mabel Velarde.