España, China, Estados Unidos, Rusia, Suecia, Alemania… han sido varios los destinos que Verónica Boquete ha podido visitar gracias al fútbol. Además de conocer otras culturas, países e idiomas, el palmarés de la gallega es increíble. Varios títulos de diferentes ligas y una Champions la encumbran como uno de los referentes del fútbol femenino en la actualidad
Descansando en su Galicia natal, Verónica Boquete Giadáns (09/04/1987) ya tiene la mirada puesta en su próxima aventura. Rodeada de familiares y amigos y en su casa, Vero ha comenzado a entrenar para su próximo reto, “lograr el título de la liga americana”. Para ello, la gallega se ha enrolado en las filas del Utah Royals, un equipo “formado a lo grande para luchar por títulos”. De esta manera, la española afronta una nueva etapa en la MLS, una liga que conoce a la perfección, ya que anteriormente defendió los colores de New York, Portland, Chicago o Philadelphia. Su vuelta a esta competición se debe a la espinita que tiene clavada con la final del torneo perdida años atrás: “Se me escapó en su momento perdiendo la final a penalties y es lo que me ha traído de vuelta, luchar por este título una vez más. Ojalá este año lo ganemos y al acabar la temporada, me tocará plantearme si me sigue interesando estar allí o quiero cambiar de objetivo”.
Vero llega a los Estados Unidos desde la otra parte del mundo, desde China concretamente. Por si no fuera poco con jugar en dos continentes como Asia y América, la española cuenta con multitud de destinos más en su palmarés. Como gallega, Boquete comenzó su andadura en el fútbol en la Liga española. Defendió los escudos del Prainsa Zaragoza y RCD Espanyol, haciéndose con varios títulos. Como es lógico, Vero admite que sigue este campeonato, ya que “las opciones de seguirla son mayores, hay más partidos televisados, más espacio en los medios y mantengo amistades que juegan en la liga, por lo que me interesa estar pendiente”. La gallega admite que en los últimos años el nivel de competitividad de la Liga Iberdrola ha aumentado considerablemente: ” La profesionalización de la liga va a más. Las condiciones de las jugadoras son mejores y eso hace que el nivel aumente”. Sin duda, una gran noticia para el fútbol femenino.
“Rusia: Breve pero intenso”
Corría el 2011 cuando Verónica ponía punto y final a su aventura en Philadelphia y se enrolaba en el Energiya Voronezh. La atacante cambiaba el fútbol americano por el ruso debido a la llamada de la Champions, pues este conjunto le daba la posibilidad de jugar dicha competición. A pesar del traslado, la aventura duró unos “4-5 meses”, ya que su contrato contemplaba una cláusula por la que “en el momento que no estuviéramos en esa competición podía irme”. A pesar del corto periplo, Vero admite que “fue una experiencia buena porque todas suman”, pero tampoco esconde que “fue la más rara o difícil, la que menos me ha aportado a nivel deportivo”. De esta manera, tras prácticamente medio año, la gallega abandonaba el país.
“Suecia: El cruel sabor de la derrota”
Tras la breve aventura rusa, Vero se comprometió con el Tyresö sueco en su objetivo de alzar la Liga de Campeones. La mediapunta admite que la etapa en tierras nórdicas fue “fantástica”, ya que “fue donde llevé mi fútbol a mi máximo nivel, donde más disfruté. Tuve la suerte de jugar con algunas de las mejores jugadoras del mundo, con un entrenador con el que veíamos el fútbol de la misma manera, en un país y una sociedad muy igualitaria, entonces fue una etapa fantástica”. El nivel alcanzado por el equipo fue tal que lograron llegar a la final de la Champions ante el Wolfsburgo alemán. No obstante, Vero tuvo que ver cómo el rival se hacía con su trofeo más codiciado: “Mientras las jugadoras del Wolfsburgo levantaban la copa en Lisboa, yo pensaba, no sé a dónde debo ir, pero tengo que lograr ganar este título”. Por ello, a pesar de la derrota, Boquete hace un balance “positivo” de su etapa en Suecia, ya que ” me sirvió de motivación para seguir luchando por ella”.
“Alemania: La conquista definitiva”
Después de abandonar tierras nórdicas y un breve paso por Estados Unidos, Vero se une a las filas del 1.FFC Fráncfort, equipo con el que definitivamente alcanzó su anhelado deseo, conquistar la Champions League. La gallega no esconde que “fue el momento más satisfactorio” de su carrera, ya que tras varios años luchando por el trofeo, por fin se hacía realidad: “Esa Champions era algo que buscaba desde hace muchos años. En España creces viendo la Champions y sueñas con ganarla. En mi carrera era algo muy importante”. Además de lograr su objetivo, Verónica pasaba a la historia al convertirse en la primera jugadora española en alzar el título: “Yo quería ganarla, no estaba pensando en si iba a ser la primera o no. Está claro que una vez pasado, queda para siempre. Aun así, estoy convencida de que van a venir más y si no hubo otras anteriormente, fue por falta de condiciones, nunca por falta de talento.”.
Además de ser un referente en lo deportivo, Vero también acapara las miradas fuera de los terrenos de juego. En su Santiago de Compostela natal, el estadio de fútbol de la ciudad ha sido rebautizado bajo el nombre: “Estadio Municipal Vero Boquete de San Lázaro”. Sin lugar a dudas un claro ejemplo de la magnitud e importancia de la deportista en la sociedad. Además, la gallega es embajadora del fútbol femenino: “La idea es promocionar nuestro deporte para que la gente lo conozca, lo respete y lo admire, ya que hacemos el mismo trabajo que ellos, por lo que la idea es que no haya problemas en que las niñas jueguen al fútbol y se vea como algo normal”. Una labor, aparte de la deportiva, por la que se muestra “encantada”. Por si no fuera poco, la atacante también está adherida al movimiento Common Goal, el cual busca que los deportistas profesionales donen el 1% de su sueldo para causas benéficas: “Es una de las cosas que han completado mi carrera. El fútbol me ha dado muchísimo y devolver algo a nivel social es esencial y prácticamente una obligación. Quise unirme y ayudar para cambiar vidas para bien, todo ello a través del fútbol”. Verónica Boquete, el mejor ejemplo de cómo el fútbol puede ser una herramienta capaz de cambiar vidas.