Foto: Twitter (@PernilleMHarder)
Son muchos los equipos como Wolfsburgo o Bayern Múnich que han reiniciado sus labores pero cumpliendo con los protocolos de salubridad.
Alemania ha sido uno de los pocos países europeos que le ha sacado ventaja frente a la pandemia del Covid-19, tras controlar de forma temprana la evolución de la enfermedad y reducirse el número de muertes, a comparación de otras naciones como Italia o España.
Una batalla que por ahora la están ganando, pero son conscientes de que los hábitos normales de vida han cambiado y eso se vería reflejado en el fútbol de ese país. La Federación Alemana de Fútbol ha anunciado que en mayo se reactivará el fútbol profesional tanto masculino como femenino.
Mientras sus vecinos europeos mantienen los confinamientos de sus habitantes, sobre todo los deportistas, en Alemania varios equipos han retornado de forma cautelosa a los campos de entrenamiento con grupos reducidos de jugadoras como Wolfsburgo o Bayern Múnich.
Cada equipo deberá realizar test de sus jugadores para comprobar sus condiciones de salud antes de cada sesión de entrenamiento y al finalizar la jornada, las futbolistas no podrán hacer uso de los baños de sus equipos y se deberán duchar en sus casas.
El regreso al fútbol también tendrá su cuota de sacrificio en los estadios y es que los partidos se deberán realizar a puerta cerrada hasta septiembre, mes en que el gobierno alemán levantaría la medida en el que se impide realizar actos masivos de más de 500 personas.
Hasta el momento la Bundesliga femenina lleva 16 jornadas disputadas y el Wolfsburgo se mantiene en la cima de la tabla general con 46 puntos, frente a los 38 de su rival Bayern Múnich.
También el mercado de fichajes se ha movido, con la llegada de Marina Hegering al Bayern Múnich procedente del SG Essen y la renovación de la delantera polaca Ewa Pajor con el Wolfsburgo hasta 2023.